Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

viernes, 29 de noviembre de 2013

Movilidad



Con la invención de la rueda el objetivo de  salvar la distancia (movilidad) que nos separa de los lugares donde satisfacer nuestros deseos o necesidades se vio considerablemente favorecido. Carro carreta, carroza con la revolución industrial fueron sustituidos -en España- por Hispano Suiza, Biscuter o el adorable “Seiscientos” que aun luce orgulloso por nuestras calles.

La movilidad está de moda. La  hay sostenible, reducida, laboral, funcional, geográfica, tecnológica…., parece fruto de nuestro tiempo pero es tan antigua como la vida misma; solo que, como el “Seiscientos”, ha evolucionado.

Autobús, metro, cafetería, cine, biblioteca, incluso en clase, por poner algún ejemplo, en todos estos lugares hay saturación de “movilidad”. A poca atención que prestemos, nuestro entorno abunda en ella. Basta mirar con disimulo y comprobaremos que Smartphone, iPhone, Tabletas, iPad, BlackBerry, incluso celulares convencionales nos rodean. Dedos ágiles -y no tanto- se afanan en pulsar, pellizcar o acariciar con más o menos acierto pantallas y teclados. ¡Lo que hubiera dado Filípides por tener WhatsApp y no correr desde Maratón hasta Atenas!

La “movilidad" celular se convierte en ocasiones en una auténtica pesadilla. Olvidamos en casa con más facilidad las llaves o la cartera que el móvil. Este, en justa correspondencia al cariño que le profesamos interrumpe las tertulias, la comida, la siesta. Nos persigue hasta en el baño.
Claro está que también salva vidas y situaciones comprometidas.

Imagen: Jesús_1233




3 comentarios:

pancho dijo...

Bien podríamos afirmar con Sabina que la mejor distancia es la mayor, con tanto rin, rin tocando los c... Al menos en España nada he conocido con un éxito tan rotundo, nada que la gente haya abrazado con tanto entusiasmo. Las compañías de la cosa deben estarse frotando las manos con el negocio que han encontrado en esta superficie con gentes tan en crisis de tantas cosas menos del rin, rin y del llevar la cabeza baja, como decía Galdós.
Aguda mirada periscópica.
Un abrazo.

Abejita de la Vega dijo...

Tienen su cara y su cruz.

Un abrazo, Paco.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Ay, salva vidas y por eso hay que elogiarla, pero debería dejar espacio a poderse parar de vez en cuando a tomar un café con los amigos.