Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

miércoles, 9 de abril de 2014

Para leer La saga / fuga de J. B.


Desde la misma portada Gonzalo Torrente Ballester, pone al lector en guardia. Anuncia que la obra no discurre por los cauces habituales. SAGA: retrato novelesco de varias generaciones. Bueno, hasta  aquí, bien. FUGA: escaparse, huir. Quien, de quien, a qué lugar.

No es difícil localizar “la saga”, la encontramos en la historia colectiva de Castroforte del Baralla, mediante el mito de los J.B. y los Barollobre, saga, esta, sin duda ilustre dentro de la ciudad. “Fuga” tiene en principio su base en la huida final  de todos los personajes. Luego, fundado sí está el título. Llegados a la trama no puede negarse que el conjunto de personajes se entrelazan y cruzan al modo y manera del “Homenaje Tubular del Sistema Métrico”, recreación fálica de los logros de don Torcuato, que todavía se encontraba presente cuando don Miguel de Unamuno nos visitó a principios de siglo. Quedó perplejo don Miguel, ante el tejado erizado de tubos (…) no pudo por menos de sorprenderse al escuchar, a la primera ráfaga de viento el concierto que, el aire al pasar, sacaba por aquellos orificios. Aire, tubos, orificios… música de órgano: FUGA.

La reiteración o imitación de melodías en distintos tonos (simplificando mucho) es lo que conocemos como fuga musical. No es por tanto ajeno este concepto a la novela de Torrente Ballester, tanto en una como en otra las estructuras se asemejan.


No debemos intentar leer “La saga” sin transformar el racionalismo que nos sujeta y admitir lo irracional, lo fantástico. Hemos de invertir los términos de nuestra habitual razón y dejarnos llevar por el disparate, disfrutar de la ironía, sin buscar tema ni conclusiones.

5 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Excelente perspectiva: no hay otra forma, en efecto. Y, además, el autor lo avisa, como bien dices, desde el título.

pancho dijo...

Ya se cuidará el lector de "hacer guardia" ante una lectura exigente, siempre que quiera que sea efectiva.
Interesante reflexión implicando a la música.
Un abrazo.

Gelu dijo...

Buenas noches, Paco Cuesta:

Y cuánta lucidez y cordura, en el fondo.
Se nota en el libro que a Don Gonzalo le gustaba mucho la música. Tú, la has escogido muy bien.
Don Torcuato, tenía que estar bien agradecido a la naturaleza. Encontraremos la explicación del Laberinto de Tubos.

Un abrazo

Abejita de la Vega dijo...

Variaciones guasonas y juguetonas, así es la Saga/Fuga. ¿Le perdonamos la tomadura de pelo?

Así es, lo irracional nos cuesta, estamos educados en línea recta.

Besos, Paco.

Myriam dijo...

A mi me ha divertido mucho, no tengo problema para este tipo de viajes por terrenos no lineales mezclando lo fantástico y el disparate. muy musical resultó esta saga/fuga, también.

Besos