Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 9 de abril de 2015

No busquemos deliberadamente el melodrama: El héroe discreto, Mario Vargas Llosa


Los estudiosos mantienen que el fenómeno se debe a que sufren el llamado síndrome postvacacional aquellos que regresan a un entorno laboral hostil, los que deben lidiar con un jefe incompetente o que no les valora, y a los que ya no les ilusiona su trabajo. De la misma manera que al fin de cada periodo de descanso encontramos conclusiones y balances, al fin de cada lectura cada uno elaboramos, al menos mentalmente conclusiones sobre lo leído y, si el comentario surge, mostramos nuestro grado de apasionamiento. O sea, compartimos con otros nuestro síndrome lector.

El héroe discreto pone de manifiesto la riqueza de un idioma: el Castellano (permítaseme el conato de orgullo) como elemento de unión entre millones de personas a ambos lados del Atlántico, riqueza de una lengua de la que Vargas Llosa hace gala al no escatimar términos, expresiones o modismos, desconocidos para muchos y enriquecedores para todos incluida la propia lengua.

El “culebrón”, genuinamente latinoamericano y exportado con éxito a otros países dejó también en la novela ese afán de transportar la realidad social al texto. Vargas Llosa configura El héroe discreto a modo de melodrama porque lo cotidiano es también digno de ser mostrado en sus detalles menos significativos como las telenovelas. A este respecto dijo Alejo Carpentier:

No busquemos deliberadamente el melodrama, pero no lo esquivemos tampoco. América Latina está llena de trágicos melodramas cotidianos.
la vida diaria hecha novela, podría ser el resumen.

Otra característica a destacar es la estructura en absoluto lineal de El héroe discreto. Conversaciones de personajes localizados en lugar y tiempo diferentes se entremezclan en la narración como historias dentro de otra historia creando una suerte de suspense sin angustia que permite o más bien lleva al lector a vivir una ficción que concluye de modo folletinesco, inesperado a pesar de los esperado y humorístico.

El héroe discreto no es una obra total, histórica o filosófica es: una novela. Compartido queda.
  




6 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Acertado: el juego con el culebrón es continuo en esta novela. Supongo la sonrisa irónica de Vargas Llosa...

Myriam dijo...

Y tan tan por la zona: desde México s Venezuela jeje MVLl lo ha querido dejar asentado.

Besos

Myriam dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Abejita de la Vega dijo...

Mario Vargas Llosa construye una novela para un público amplio. La adoba con varios ingredientes, uno de ellos es el culebrón.
Besos, Paco.

Myriam dijo...

Culebrón, culebrón, si señor... la novela es todo culebrón ( a ésto me refería en el comentario anterior)

Lo que más me gustó de la novela es justamente la técnica narrativa no lineal a la que aludes. Me super requete-marqué por ejemplo, el Cap 6, distintos actores y en distintos tiempos.

Una pena que MVLL haya escrito una novela menor, cuando podría haber escrito una con mayúsculas... en fin.

Besos

Myriam dijo...

Con diálogos entre distintos actores y en distintos tiempos, decía.