Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

martes, 17 de mayo de 2016

LA IMPORTANCIA DEL NOMBRE


La trascendencia del nombre es una cuestión apuntada ya a finales del siglo XIX por Oscar Wilde en la comedia La importancia de llamarse Ernesto (1895) sobre costumbres de la sociedad, que va ganando adeptos con el paso del tiempo.

El oficio de barbero, por razones de economía, prisas y tecnología, desapareció de nuestros barrios; en principio sobrevivió su hermano gemelo el peluquero, que también sucumbió por lo nominal y hoy nos arregla el cabello un estilista. El que antaño era mi peluquero -nunca me “hice” la barba- ha cambiado el rótulo: “Arnaldo Enríquez Estilistas”.

-Arnaldo -pregunté el otro día- ¿te has echado un socio?
-¡No! ¿por qué?
-Por el rótulo: Arnaldo y Enríquez estilistas.
-Te has inventado la “y”, Enríquez es mi apellido, es la moda chico. Resulta más comercial.
-¡Ya!

Hoy he vuelto a pasar… por el establecimiento de Arnaldo y ha agregado un subtítulo al rótulo: “Espacio Man”.

Recuerdo con nostalgia a Fabián y su carro tirado por un poderoso caballo, -es un percherón decía con orgullo. A Valiente, que así llamaban al animal, vino a sustituirlo una furgoneta “Portes Fabián”. El menor de los hijos ha seguido, los pasos del padre y asociado con su primo por parte de padre, ha creado una empresa: “Fabi & Patri Operadores Logísticos. (Grupo Arroyo)” [sic]. Bueno, estos a diferencia de Arnaldo sí son más de uno; algo hemos ganado. El hermano del segundo se encargó de rotular los camiones de Fabián y Patricio en un taller que regenta como autónomo y que siguiendo la corriente ostenta un nombre comercialmente correcto “Fran Rivera Obra Gráfica”.

No hay solución. En mi entorno habitual y en corto espacio de tiempo, he podido constatar la desaparición de tres oficios: transportista, peluquero y pintor-rotulista.


Por obra y gracia del poco aprecio que hacemos a nuestra lengua, estos y otros muchos oficios están en vías de extinción. ¿Tendrá esto incidencia en el paro?

5 comentarios:

Myriam dijo...

Jajajaja!! Paco, tienes razón!!!; pura complejidad y sonoridad vacías.

Besos

Myriam dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Dicen que en esos "nuevos" oficios están ahora las oportunidades. Ya no hay empresarios, todos son emprendedores y ya no hay empresas, ahora son start ups.

Y desde que el pan ya no lo venden en las panaderías, de las tahonas ni hablar, sino en otros lugares que ya han dejado demodé la denominación boutiques, ni el pan sabe a pan, ni los que lo venden cobran lo que deben cobrar. C'est la vie.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Conozco un establecimiento que juega irónicamente con esto y defin el problema con el rótulo: Pepe`s bar. Todo un acierto.

Abejita de la Vega dijo...

Somos de otro tiempo. Un abrazo Paco. Y de otra lengua.